ARBOL
Pálido,
que por tí pena siento
no lo dudes;
mi pensamiento,
vuela,
y junto al viento, lleva
los restos de tu ropaje.
Muy pronto ya
tendrás ajado
tu cuerpo entero,
y en el sendero
con mucha prisa,
los huesos finos
de tu estructura...,
serán cenizas.
Norberto Villar y Barja
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