Primero una,
luego otra...
y otra, y otra, y otra
y miles más
que apuran su paso.
Cientos de miles de gotas
sobre el tejado ruedan
transparentes gruesos trazos
hasta el suelo llegan.
Escucha..........
parecen freirlo,
o quema de hojarasca
con viento detrás;
es un rato nada más
que puedes oirlo,
porque luego el mirlo
volverá a cantar.
Norberto Villar y Barja
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